Estar aquí es enfrentarme, diariamente vienen a visitarme recuerdos, algunas veces provocados por el hecho de toparme algo que olvidamos guardar de mi papá, como el día que me encontre con su cajetilla de cigarros y ví que solo se había fumado un cigarro, ó ver sus cremas, sus pastillas, su billetera, sus perfumes y darme cuenta de lo bien sábido pero poco moral, que las cosas duran más que las personas.
Ayer me encontre una bolsa que tenía chile en polvo que una vez nos dieron cuando fuimos a comprar cocos con mi papá, me acuerdo perfectamente de ese día, del diálogo de mi papá con la señora, de qué hora era, de cuántos cocos compramos, de que bromas hizo mi papá en el trayecto, de como me reí, de lo que disfrute esa salida aunque en ese momento estaba triste.
Confio plenamente en que algún dia al recordar esos momentos pueda sonreir sin lágrimas. Aún me falta integrar respuestas a mis preguntas y preguntas a mis respuestas, aún me falta darme permiso de recordar sin sentirme culpable, aún me falta aceptar que las cosas son como tenían que ser.
No hay día que no pase por mi cabeza al llegar a mi casa que el pudiera estar ahí.
Pienso mucho en cómo respiraba sus ultimos dias, en como me agobia el momento en el que se escapa de alguien ese hálito de vida, y esa esencia de la persona. He estado aguantando la respiración y angustiandome, despues recuerdo que aún no tengo porqué hacerlo y trato de volver a empezar.