La vida está hecha de lecciones que se repiten hasta que uno las aprende, la tarea es sencilla pero el humano es demasiado complejo, porque tenemos demasiadas mañas y los ojos cerrados y esa es una mala combinación, estos dias he recibido varios "regalos" en forma de problemas, lecciones que había reprobado en ocasiones anteriores, varias oportunidades para que yo aprenda a valorar lo que tengo, a veces esto ocurre de una forma muy cómica, otras veces repites "no me jodas" y "no puede ser" a lo largo del día acompañado de arrugas en la frente, muchas veces uno se rinde y se deja llevar sin oponerse pero no aprendemos nada más que la sumisión, todo eso es inservible, de pronto cuando te ves arrinconado y no tienes espacio para maniobrar, y estas solo con tu alma y no te queda más que meditar das en el clavo. -en vez de darte en la madre-
He perdido muchas cosas y he estado pensando mucho tiempo en ello, a veces no asimilo una perdida cuando ya tengo otra, he perdido a mi papá, su negocio, a la mitad de su familia, dinero, llegue a perder la libertad, la tranquilidad, el internet, la luz. Cuando perdía un objeto no pensaba en lo demás hasta que tambien lo perdía, hubo una ocasión en que perdí el control de mi vida y mi tranquilidad entonces extrañe y envidie tener tiempo para pensar en verme bonita, comprarme un vestido, hacer ejercicio, preguntarme qué habrá en la cartelera del cine, simplemente sentir que podía salir, valore tanto poder salir, ver la luz del sol, la gente pasar, no sentir miedo de decir mi nombre, ahora para mi esos eran lujos y en ese momento quise llorar porque había pasado por alto todo lo que tenía, cosas tan pequeñas en ese momento parecian grandiosas, cosas que antes pasaba por insignificantes ahora eran imprescindibles, y si en algún punto de mi vida comienzo a valorar todo lo que tengo sin necesidad de verme obligada con situaciones extremas, seré indudablemente una mejor persona.
Hoy doy gracias por tener conexión a internet, por tener un techo sobre mi, por este cuerpo que habito ahora con más comodidad, -de hecho me encanta mi cuerpo, es maravilloso-, por el bote con mangos que me trajiste, por el tiempo que me dedican, por tener tiempo para dormir, por este paréntesis en mi vida para meditar, por el día soleado, gracias.
La gratitud hace que la sonrisa sincera aparezca, adios a la frustración de años de entrenamiento en enfocarme en mis carencias, no es conformismo, es un punto de partida para construir, porque para construir debo saber lo que tengo, es simple, es lógico.
